Playa Parguito y El Agua son dos de las tres playas más importantes para la anidación de tortugas marinas en la Isla de Margarita, cuya temporada va de marzo a agosto todos los años. La tercera Playa es El Humo.
Actualmente en Playa Parguito se han registrado 46 nidos hasta la fecha, lo que representa más de tres mil ejemplares, considerando que en cada desove pueden poner hasta 80 huevos. “Se calcula que únicamente el uno por ciento llega a sobrevivir debido a los depredadores naturales. Y en este caso hay otras circunstancias que vencer porque muchas personas saquean los nidos para luego vender los ejemplares”, afirma Miguel Carias, quien se hace llamar vigilante ambiental de Playa Parguito.
Miguel junto a Vicente Reus, lideran un grupo de voluntarios que se encargan de cuidar a las tortugas marinas durante la temporada de anidación y luego vigilan los sitios donde han sido depositados los huevos para que luego de dos a tres meses salgan los tortuguillos dirigiéndose al mar. “Es por esto que es necesario dejar siempre la playa limpia y despejada, una lata basta para que un pequeño se desoriente y no pueda llegar a su hábitat natural”, comenta el vigilante voluntario.
Igualmente comentan que el ruido y las luces artificiales son factores que contribuyen a que se desorienten y se conviertan en presa fácil. “Ellas buscan el mar gracias a la luz que se refleja en las noches debido a la luna. Cuando ven otra fuente de luz, creen que esa es la dirección y es cuando entrar en riesgo de perecer”, dijo Vicente.
Amenazas
En playa Parguito y El Agua los nidos están siendo monitoreados por lo que se protege el área que uso el ejemplar para anidar con una pequeña cerca. Esto evita que las personas los afecten por desconocimiento.
Sin embargo, aún con estos dispositivos, es el ser humano el principal depredador de las tortugas marinas, declaradas hoy en peligro de extinción. El experto en tortugas marinas Pedro Vernet, de la Fundación La Tortuga, ha categorizado los riesgos: saqueo de nidos y cacería furtiva para comercializar su carne y caparazón, destrucción y degradación del hábitat reproductivo y áreas de alimentación, contaminación ambiental por desechos sólidos o presencia humana en costas usadas para desove.
A la lista podría sumársele el calentamiento global, a partir del hecho de que la temperatura en el período de incubación determina el sexo de los reptiles. Vernet indicó que si la temperatura de la tierra sube un grado celsius más, podrían no nacer ejemplares machos y hembras parejos, afectando la prolongación de la especie.
En Playa Parguito fue detectada otra amenaza ya que existen varias afluentes de aguas negras que van a parar al mar. El grupo de voluntarios ya había detectado la pérdida de algunos nidos debido a esta causa.
¿Qué podemos hacer para proteger a las tortugas marinas?
Cuidar los sitios de anidación
No comer carne ni huevos de tortuga
No comprar productos de carey
Difundir esta información que contribuye a su conservación
Denunciar ante la GNB a aquellos que comercializan tortugas, su carne o sus partes
CNP 9983
No hay comentarios:
Publicar un comentario