El terror de los transgénicos llega a Venezuela de la mano de Monsanto

Las palabras que una vez expresaron que el hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra más de una vez, encarnan una cruda verdad cuando en el portal www.biodiversidadla.org leemos: “Monsanto, el mundialmente polémico líder de las semillas transgénicas y agrotóxicos, irrumpe en nuestra Asamblea Nacional para ofrecer ante la Comisión Permanente de Finanzas y Desarrollo Económico "un plan para incrementar la producción de maíz y soya, abaratar la producción y aumentar la competitividad", según información publicada en el portal oficial del parlamento venezolano.

Según su sitio web Monsanto Región Andina, el maíz híbrido de Monsanto se distribuye en Venezuela. Silvia Ribeiro en su artículo "Caza de Ratas" explica que estudios realizados en Francia por el Dr. Gilles Eric-Seralini cuyos resultados fueron recientemente publicados y motivo de controversia en la opinión pública mundial, "demostraron que las ratas alimentadas con el maíz transgénico NK603 de de Monsanto (con y sin glifosato, el herbicida más usado en transgénicos) sufrieron muerte prematura y desarrollaron tumores y problemas hepatorrenales graves".

Aunque la alarma ha querido allanar el terreno político, ya que factores del gobierno aducen que son los diputados de oposición los que quieren dar luz verde a las intenciones de la transnacional, una investigación seria en medios de comunicación e informes relacionados al agro y la salud, dan fe de lo poco acertada de abrir las fronteras del país a esta compañía de ingeniería genética.

A Monsanto se le hace responsable, por ejemplo de la avalancha de suicidios campesinos en 2011 y 2012 en la India, país que firmó su condena con la producción de “algodón transgénico”. La dura batalla en contra de esta “estafa” es encarnada por una mujer luchadora que en este momento le ha declarado la guerra abiertamente a Monsanto. Se trata de Vandana Shiva.

No a los transgénicos
La investigadora Silvia Ribeiro, del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC), afirma que la mayoría de la población mundial no quiere transgénicos. “Este año, se aprobó el etiquetado obligatorio de transgénicos en India, Sudáfrica y Turquía. En Brasil, donde ya existía, un juicio obligó a Nestlé a ponerlo en práctica. En California, las multinacionales de transgénicos gastaron más de 45 millones de dólares en campañas mentirosas, para evitar que ese estado aprobara el etiquetado y aún así casi la mitad de los votantes votó por etiquetar los transgénicos. Si son inocuos ¿por qué las empresas no quieren decir que usan transgénicos?”

En la Unión Europea la resistencia de los consumidores a los transgénicos hace que se multipliquen las prohibiciones nacionales a los mismos y crecen las zonas “libres de transgénicos” generadas a partir de las luchas locales. Existen prohibiciones en Alemania, Austria, Hungría, Luxemburgo, Francia, Grecia, Italia, Bulgaria y Polonia. “Se han identificado iniciativas de zonas libres de transgénicos en al menos 25 países europeos y son miles los municipios que se han declarado Libres de Transgénicos”, acota.

Avalancha tóxica 

Escribe Ribeiro: “Varios estudios científicos (Alemania, Austria, Argentina) mostraron que el glifosato –el tóxico más usado con transgénicos– ha contaminado aguas subterráneas y agua potable, encontraron residuos en la placenta de mujeres embarazadas y en orina de habitantes de ciudades europeas, se lo vinculó a la enfermedad de Parkison, a disminución de testosterona, a enfermedades gastrointestinales en ganado que consume forrajes transgénicos, a deformación de larvas de anfibios y deformaciones congénitas en humanos”.

Links recomendados:
http://www.etcgroup.org
Video:

 El mundo según Monsanto