La estabilidad de la selva amazónica y su capacidad de adaptarse a la deforestación generalizada puede ser mucho más baja de lo pensado, plantea un estudio publicado en Geophysical Research Letters (19 de julio).
Estudios anteriores indicaban que en la Amazonía los bosques podrían convertirse en pastizales si la deforestación total alcanza entre 40 y 50 por ciento del tamaño actual del bosque.
Sin embargo, el nuevo estudio indica que basta un 10 por ciento de deforestación para un cambio de equilibrio en los ecosistemas de los bosques amazónicos de Bolivia y del estado brasileño de Pará.
Según el estudio, alrededor del 20 por ciento de los bosques amazónicos desaparecieron y si bien la tasa de pérdida en los últimos años es menor, sigue disminuyendo, pese a que alrededor del 40 por ciento de la Amazonía comprende áreas protegidas. En Bolivia éstas ocupan siete por ciento (35.352 km2) del total de la región amazónica (479.264 km2).
Los autores destacan la necesidad de preservar los bosques, que son cada vez más susceptibles a un cambio de equilibrio debido a la deforestación. “Para evitar un desplazamiento del equilibrio, el 90 por ciento de los bosques existentes y el 40 por ciento de las sabanas deben ser preservadas”, dicen los autores del estudio.
Lilian Painter, directora del Programa Bolivia Wildlife Conservation Society, dijo a SciDev.Net que estos resultados presentan “puntos de inflexión críticos” para los bosques de Bolivia y otros bosques estacionales del límite suroeste de la Amazonia.
“Algunos patrones que estarían acentuando la deforestación son la frecuencia y extensión de incendios en áreas boscosas, la fragmentación de los bosques y el aumento en las sequías. Además existe amenaza a los bosques húmedos del departamento de Pando si se llegara al 40 por ciento de reducción de la cobertura amazónica”, indica.
Painter explica que las áreas protegidas no son suficientes como respuesta al cambio climático si se manejan como islas en un entorno de deforestación. “Se requiere promover actividades productivas compatibles con la conservación de 70 por ciento de la cobertura boscosa en la Amazonía”.
Para la investigadora los países Amazónicos, y en particular Brasil, deben considerar estos escenarios en su planificación territorial al promover la expansión de la frontera agrícola para fines de seguridad alimentaria.
Daniel Larrea, coordinador del Departamento de Ciencias de la Fundación Amigos de la Naturaleza, destaca que en Bolivia la mayor conversión de los hábitats originales ocurre en los bosques secos de Santa Cruz.
“Se está rompiendo el equilibrio natural producto de la deforestación y hay que ver a qué tipo de uso pasa ese bosque, si es pecuario o agrícola. Y si ese cambio brusco de cobertura vegetal se mantiene en el tiempo, tal vez se pueda alcanzar nuevamente el equilibrio”, afirma.
Fuente http://www.scidev.net
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