Ecuador ha decidido explotar las reservas de petróleo que se encuentran en el Parque Nacional Yasuní (PNY), ubicado en la Amazonía ecuatoriana, y considerada una de las áreas con mayor biodiversidad del planeta.
Con esto se pone fin definitivamente a la iniciativa Yasuní ITT (Ishpingo-Tambococha-Tiputini), la cual consistía en dejar los alrededor de 900 millones de barriles de petróleo bajo tierra indefinidamente en los campos petroleros ITT, a cambio de una compensación internacional por al menos el 50 por ciento de los fondos que se hubieran obtenido con la explotación.
La compensación que Ecuador solicitaba ascendía a los US$3.600 millones. La explotación de las reservas petroleras es lo que el gobierno ecuatoriano llamó el Plan B, en caso de que el Plan A ─la compensación monetaria─ fallara.
La propuesta tuvo una muy buena acogida internacional desde el momento en que se la presentó en septiembre de 2007 ante la Asamblea de las Naciones Unidas. La novedosa idea que se promocionó por seis años, tenía como metas la protección el extremo noreste del PNY, la protección de los pueblos indígenas no contactados Tagaeri y Taromenane; pero además una mejor conservación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas en Ecuador e inversión social en el caso de que se hubiera dado la compensación.
Pero entre esas metas también constaba el beneficio ambiental en términos de servicios ambientales que la Amazonía ecuatoriana y sudamericana provee al resto del mundo, tales como la producción de aire puro y la mitigación del cambio climático.
Ecuador y su papel
Si bien es cierto la iniciativa fue propuesta por Ecuador, específicamente por el Presidente Rafael Correa, factores fuera y dentro de la iniciativa pudieron haber desincentivado una mayor aceptación de la que tuvo y finalmente su aprobación. Entre estos, el hecho de que en el PNY ya existe extracción petrolera y que casi la mitad de su territorio esté dividido en bloques petroleros.
Por ejemplo, el Yasuní ITT es el bloque 43 y este hubiera sido el único bloque a no explotarse si la iniciativa tenía éxito. Actualmente ya se habla de la explotación petrolera del bloque 31, que se encuentra al lado occidental del bloque 43.
Por otro lado, aun si no se explotaba el Yasuní ITT, el hecho de que ya hubiese explotación dentro del PNY podría no haber dado las debidas garantías para la conservación del territorio de los Tagaeri y Taromenane, que están en constante desplazamiento dentro y fuera del Yasuní ITT.
Sin embargo, Ecuador ha dejado una zona intangible de alrededor de 700.000 hectáreas dentro y fuera del PNY con el objetivo principal de proteger a los pueblos no contactados.
Iniciativas ambientales fallidas
El proyecto no tuvo el apoyo suficiente y decidido de los países industrializados, quienes eran llamados a aportar más, ya que son los grandes beneficiados de los servicios ambientales que la Amazonía en general ofrece.
Alemania por ejemplo, aportó a la iniciativa con alrededor de US$34,5 millones, pero con algunas condiciones. Italia también se comprometió a aportar. Al final de cuentas, la aportación real y disponible en el fidecomiso Yasuní ITT hasta el año 2013 era de US$13,3 millones en aportaciones directas y alrededor de US$136 millones en promesas de aportación. Cuando se esperaba al menos el 10 por ciento del total requerido en aportaciones directas para 2013.
Podemos decir que la iniciativa Yasuní ITT tuvo algunas fallas desde su presentación. Pero hay que destacar el gran sacrificio que esto representaba para Ecuador, siendo este un país en desarrollo y con la necesidad de más recursos para cumplir con inversión social.
Prácticamente, Ecuador solo hubiera aportado con la otra mitad de la iniciativa, es decir US$3.600 millones. Y con los precios cambiantes del petróleo quizás la compensación real hubiera sido mayor.
Si bien es cierto ya existe explotación dentro del PNY, el gobierno ecuatoriano se ha comprometido por medio de un decreto presidencial a que solo afectará el 1 x 1000 del Yasuní ITT. Por lo tanto, incluso sin el éxito de la iniciativa Yasuní ITT, el Ecuador está comprometido con su protección y la del medio ambiente.
El Yasuní ITT ha levantado un gran debate a nivel nacional e internacional, antes y después de la decisión de explotación de los campos petroleros ITT. Empezando con marchas en contra y a favor de la decisión de explotación, pasando por la propuesta de una consulta popular para que los ecuatorianos decidan si se explota o no.
La Asamblea Nacional negó la posibilidad de la consulta. Sin embargo, los grupos políticos detrás de la propuesta de consulta popular no han presentado las 600.000 firmas necesarias para que esta se dé, ante la negativa de la Asamblea y el Gobierno.
Lamentablemente, el tema Yasuní, está tomando tintes políticos y se está tornando en la bandera de la oposición política en Ecuador, con lo cual pierden fuerza los ambientalistas decididos a que no se explote el Yasuní ITT.
La corresponsabilidad mundial en la protección ambiental aún sigue siendo una utopía en nuestros tiempos. Poco a poco se pueden sentir más los efectos del calentamiento global, no obstante, no se ha llegado a una propuesta en firme.
La iniciativa Yasuní ITT era la mejor oportunidad para demostrar con hechos que existía un interés real, a nivel global, por proteger el medio ambiente y combatir los efectos del cambio climático.
Fuente: http://www.scidev.net
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