El cicloturismo es una actividad muy difundida en países europeos, bastante habitual en algunas regiones de Norteamérica, como la costa oeste de Estados Unidos, y una extravagancia que empieza a tener más difusión y auge en los países de este lado del continente. Y como lo dije en uno de los escritos anteriores: en este momento hay más personas viajando en bicicleta de las que ustedes se imaginan. Es más , hay quienes ya van por su segunda o tercera vuelta al mundo.
Damián “Jamerboi” López, quien recorrió 53.000 km en bicicleta por el continente Americano entre 2007 y 2011, lo describe de la siguiente forma: “Una ventaja de viajar en bicicleta es que las distancias que uno puede cubrir por día raramente superan los 100 kilómetros. Uno puede planear cuidadosamente las etapas en un mapa, pero si la lluvia arrecia, la subida es más fuerte de lo esperado o simplemente se viene la noche, hay que buscar refugio donde toque. Y así se llega a sitios en los que un “turista tradicional” no pararía nunca. Pueblitos en los que raramente se detiene algún viajero, por lo que uno se convierte en la atracción de la semana y dan la oportunidad de interactuar y conocer las diferentes culturas y realidades como ningún otro medio de transporte permite. De este modo se gana una experiencia que no tiene precio: la de poder apreciar el mundo con diferentes puntos de vista”.
Para Pablo García, que está a punto de culminar la segunda vuelta al mundo, dice: “Dar la vuelta al mundo en bicicleta no sólo implica estar bien físicamente y salir a la ruta a pedalear tantos kilómetros diarios como uno pueda. El emprender un viaje como éste me obliga a proyectar cuidadosamente cada etapa venidera, informándome sobre la situación actual de sus caminos y sus peligros, los lugares más interesantes a conocer y, por supuesto, la manera de cómo generar los recursos económicos para seguir adelante. Pedaleando entro en el corazón de cada pueblo, de cada país, de su gente. Así descubro las cosas más simples de la vida, pero de un modo más intenso”.
En pareja
Aunque muchos han emprendido estos viajes solos, también se pueden hacer en pareja o en equipos, como lo hicieron Giselle Ojeda y Javier Salas, que emprendieron la vuelta al mundo desde Argentina.
En su página web: http://viajerosdelosvientos.com/ tienen un maifiesto que entre otras cosas dice: “Las rutas, senderos y caminos no son para los camiones, autos, motos, sino de todos los ciclistas del mundo que usan las calles en ciudades y pueblos, creando en ese lugar un ambiente más divertido, romántico y amistoso (…) Creemos que existe un hombre que tiene una bicicleta alada que hace todos tus sueños realidad y por eso salimos a buscarlo por el mundo en bici”.
Los invitamos a escuchar la entrevista con Luciano Baglietto, que llegó a Margarita desde Argentina pedaleando en la sección de Podcast de Ecoscopioweb.blogspot.com.
Damián “Jamerboi” López, quien recorrió 53.000 km en bicicleta por el continente Americano entre 2007 y 2011, lo describe de la siguiente forma: “Una ventaja de viajar en bicicleta es que las distancias que uno puede cubrir por día raramente superan los 100 kilómetros. Uno puede planear cuidadosamente las etapas en un mapa, pero si la lluvia arrecia, la subida es más fuerte de lo esperado o simplemente se viene la noche, hay que buscar refugio donde toque. Y así se llega a sitios en los que un “turista tradicional” no pararía nunca. Pueblitos en los que raramente se detiene algún viajero, por lo que uno se convierte en la atracción de la semana y dan la oportunidad de interactuar y conocer las diferentes culturas y realidades como ningún otro medio de transporte permite. De este modo se gana una experiencia que no tiene precio: la de poder apreciar el mundo con diferentes puntos de vista”.
Para Pablo García, que está a punto de culminar la segunda vuelta al mundo, dice: “Dar la vuelta al mundo en bicicleta no sólo implica estar bien físicamente y salir a la ruta a pedalear tantos kilómetros diarios como uno pueda. El emprender un viaje como éste me obliga a proyectar cuidadosamente cada etapa venidera, informándome sobre la situación actual de sus caminos y sus peligros, los lugares más interesantes a conocer y, por supuesto, la manera de cómo generar los recursos económicos para seguir adelante. Pedaleando entro en el corazón de cada pueblo, de cada país, de su gente. Así descubro las cosas más simples de la vida, pero de un modo más intenso”.
En pareja
Aunque muchos han emprendido estos viajes solos, también se pueden hacer en pareja o en equipos, como lo hicieron Giselle Ojeda y Javier Salas, que emprendieron la vuelta al mundo desde Argentina.
En su página web: http://viajerosdelosvientos.com/ tienen un maifiesto que entre otras cosas dice: “Las rutas, senderos y caminos no son para los camiones, autos, motos, sino de todos los ciclistas del mundo que usan las calles en ciudades y pueblos, creando en ese lugar un ambiente más divertido, romántico y amistoso (…) Creemos que existe un hombre que tiene una bicicleta alada que hace todos tus sueños realidad y por eso salimos a buscarlo por el mundo en bici”.
Los invitamos a escuchar la entrevista con Luciano Baglietto, que llegó a Margarita desde Argentina pedaleando en la sección de Podcast de Ecoscopioweb.blogspot.com.
El equipo:
· Bicicleta de 21 velocidades, con suspensión delantera
· Portaequipaje de aluminio, bolsos para debajo del asiento y manubrio, “camel bag”
· Kit de reparación de pinchaduras, cable de cambio y freno, luces, bomba
· Casco, guantes, lentes para sol y para la noche, licras con soporte, chaleco de seguridad
· Tratar de llevar lo menos posible objetos de valor y de hacerlo llevarlos siempre encima
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